Lumbersexual

El término lumbersexual se ha puesto de moda a partir de ciertas tendencias estéticas de la moda masculina, caracterizada por un cierto aire de despreocupación respecto al aspecto: barbas largas, camisas desaliñadas por lo general a cuadros, jeans entubados, botas rústicas..., en fin, un look que remite a una masculinidad un poco ruda, campestre, resumida en la semejanza ideal con un leñador (de allí el término lumbersexual: derivado de lumberjack, “leñador” en inglés).

En general se considera a los hombres lumbersexuales como una contrarespuesta a la estética metrosexual, según la cual el hombre debía prestar a su apariencia los suficientes esfuerzos y atenciones para verse prolijo, depilado, combinado y en algunos casos maquillado, características que tradicionalmente se asocian al espectro femenino de los roles sociales y de la moda.

Así, los lumbersexuales vendrían a ser una puesta en escena de cierta idea tradicional de lo masculino: la virilidad vinculada con la fuerza, con el esfuerzo físico, con la apariencia natural y despreocupada por la moda. Esto último constituye una paradoja, al ser precisamente los lumbersexuales una moda estética masculina para la cual se ofrecen en el mercado no pocos aditamentos, ropas y accesorios, y a la cual se le dedica no poca atención.

No existe realmente una determinación sexual o erótica de los lumbersexuales, si bien su apariencia sugiere roles protectores, paternales, agresivos, seguros de sí mismos. Se supone que aman la naturaleza, aunque se trata de una moda eminentemente urbana. Los hombres que adhieren a esta moda pueden, asimismo, pertenecer a cualquier orientación sexual. No se trata realmente de un género sexual, sino de una estética de moda.

Fuente: concepto.de

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